viernes, 24 de julio de 2009

COCINANDO CON JORGE PARTE 1



Este es un regalo para los que quieran cocinar sin calentarse mucho la cabeza y principalmente, saber de dónde viene y cómo surgió hasta llegar a nuestros estómagos, lo demás, bueno de eso sí que no voy a hablar.

Empezaré lo tradicional para los de ascendencia Italiana, algo simple que no es masa:

Ossobuco Milanese

En épocas del renacimiento (Es uno de los grandes momentos de la historia universal que marcó el paso de mundo Medieval al mundo Moderno) en las ciudades Italianas de Florencia, Siena, Venecia, Génova y Roma fueron tiempos de renovación de las costumbres de la mesa y la cocina. En Venecia las damas aristocráticas empezaron a usar el tenedor y las copas de cristal.

Ya era mal visto que los caballeros utilizaran el mismo cuchillo con que descuartizaban a sus enemigos para cortar las presas en la mesa. Empezaron a usar la servilleta por lo que tuvieron que dejar la costumbre de limpiarse con la cabeza de los bufones las manos con grasa
Los huesos ya no se les tiraban a los perros ansiosos debajo de la mesa, eran retirados por los sirvientes.

La identidad de esta joven pintada por Leonardo da Vinci, alrededor de 1490, se ha logrado establecer como Cecilia Gallerani. Ella con su belleza y elegancia representa el refinamiento del Renacimiento. Leonardo la conoció en Milán en 1484 cuando ambos residían en el Castillo Sforzesco, propiedad de Ludovico Sforza, llamado “El Moro”. Cecilia nacida en 1465, era hija del noble milanés Fazio Gallerani, un poderoso terrateniente. Ella quedó huérfana y a los 16 años se convirtió en la amante del duque quién le regaló la finca de Saronno. Joven y bella tenía solamente 19 años cuando Leonardo pintó su retrato, interpretaba música y escribía poesía. Cuando la suerte de Ludovico cambió en 1495, y fue expulsado de Milán por el rey Francés Luis XII, se trasladó a Novara, pero el rey puso sitio a la ciudad en el 1500 y le hizo prisionero. Luego ella se casó con el conde Bergamini de Cremona y se trasladó a Milán a vivir en el palacio del Broletto. Los suizos restauraron en el ducado de Milán a Maximiliano Sforza, hijo de Ludovico, quién tenía la educada costumbre en los banquetes de amarrar conejos a la sillas de sus invitados para que se limpiaran las manos.

Ingredientes 6 Personas

6 Ossobuco de centro (pierna de ternera con hueso)
8 Tomates maduros
1 cebolla grande
1.1/2 vaso de vino blanco
1/2 litros de caldo (carne)
½ vaso de aceite de oliva
Mantequilla
Ajo
Sal y pimienta
Queso Rallado

Preparación

• En una olla grande calentar el aceite, agregar la mantequilla hasta derretir
• Agregar la cebolla picada muy pero muy fina en cuadrados y en ajo, y dorar
• Coloque el ossobucco con un poco de pimienta y dorar por ambos lados (bien dorado)
• Agregar el vino y dejar hervir por 5’ aprox.
• Agregar el caldo preparado (de carne)
• Aparte, pelar los tomates maduros en cuadraditos.
• Una vez que han pasado los cinco minutos, agregar los tomates si desea dar más consistencia, agregar salsa de tomates.
• Dejar por cuarenta y cinco minutos.

Aparte:
• Cocinar arroz graneado
Al servir se sirve por lo general el arroz y a un lado el Ossobucco, la salsa sobre el arroz y sobre esto el queso rallado, y a lucirse!!
Nota: A este plato algunos dentro de la recete agregan zanahoria, harina, apio y cáscara de limón, pero considero que no es necesario; para simplificar esta exquisitez lo hago de este modo.

Ossobucco a la milanesa es otro de los platos más típicos de la cocina italiana, en un plato muy antiguo, las primeras recetas escritas datan de 1.700.
El ossobuco (ossibuchi) es un disco cortado de una pata de ternera (o jarrete), que mantiene el hueso de caña en el centro con la médula contenida en ese hueso: el tuétano.
Es laborioso de hacer (más de dos horas y media) pero cuando los ingredientes son de calidad resulta un plato insuperable.